El Buddha Interior


He sido testigo de la cercanía,
entre el cielo y la tierra,
de la energía cósmica, 
de la fuerza divina, 
del ser y estar, 
conocer y existir, 
de recordar quien soy, 
de tomar conciencia de mi plan divino, 
de mis ancestros y 
mi memoria colectiva. 

Me reencontré en una mañana
con el símbolo de la vida 
del espacio y del tiempo, 
de reconexión con mi ser interior, 
con la belleza, 
con la armonía, 
con la alegría y la plenitud total. 

Regrese a formar parte de esta gran familia cósmica 
que nos identifica a unos con otros.

Namaste.

Aovon Nabetse

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Beso Que Nunca nos Dimos.

Hoy.

Como un Girasol