20:10 pm

Al compas de una bocanada de humo,
y las luces estáticas sobre el negro pavimento,
la historia me invito a hacer una parada,
para entender este instante de vida congelada.

En un minuto de silencio analítico,
rememorando los eventos de mi vida,
el recuerdo me llamo la atención,
para darme un profundo remesón.

Se paró de frente en mí divagar
y fijo mis imágenes sin discreción
no tuvo nada para ocultar,
me hablo y me hizo recordar.

Esta memoria me mostro mi proceso,
y me hizo vivir el momento preciso,
de cada lágrima y cada sonrisa,
para que hoy, recuerde vivir sin mucha prisa.

Esa memoria me puso en claro,
que hay dos instancias en la vida,
en que nada se puede hacer,
el ayer que ya es historia,
y el mañana que es incierto.

Me recordó que debo dar mis pasos de frente,
Que no importa si debo tropezar y caer muy fuerte,
me alentó a levantarme y volver a soñar,
me demostró que es cuestión de caminar.

Me recordó que aun habrán mas historias,
que tendré más días grises llenos de tristezas,
y tardes soleadas pintadas de sonrisas,
me dijo que estar triste a veces es correcto,
y después de ello, felicidad habrán en el firmamento.

Me recordó que luchar e insistir no es lo mismo,
que los objetivos en la vida son instantes de decisión,
que se lucha por sueños personales,
pero que aunque insistas, si no hay reciprocidad,
es mejor dejar ir y dejar pasar.

Me recordó que los sentimientos son personales,
que nadie entenderá lo que yo siento sino no lo expreso,
pero que de nada sirve guardar palabras de ilusión,
si no hay alguien que quiera escuchar a mi corazón.

Me recordó que mirar a los ojos,
no está pasado de moda,
pues la verdad está en ellos,
cuando tenga que hablar o escuchar.

Y por ultimo me dijo,
que tal vez algún día,
si el destino o tal vez los astros se deciden confabular,
aparecerá en esta vida
la mujer que me recuerde
lo que significa AMAR.

De pronto y sin aviso.
una corneta me hizo despertar,
el semáforo esta en verde,
es momento de avanzar.

Aovon Nabetse.